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24 ago. 2021 |

Un llamado a la acción sobre el acceso de las niñas al aprendizaje en línea y las habilidades digitales.


Entre la cantidad de tragedias que ha traído consigo la pandemia de la COVID-19, hay una en particular que amenaza con revertir décadas de un progreso —conseguido con mucho esfuerzo—, que concierne a la educación de las niñas. Antes de la aparición de la COVID-19, se había conseguido que más niñas accedieran a las aulas gracias a los esfuerzos internacionales, y se había logrado que 180 millones más de niñas se matricularan en la educación primaria y secundaria desde 1995. Sin embargo, ahora la UNESCO estima que 11 millones de niñas no podrán regresar a la escuela después de la pandemia.

Este cambio radical —es decir, pasar del aprendizaje presencial a la enseñanza en línea—, ha supuesto una desventaja para las niñas en muchos contextos, debido a las disparidades tanto en su acceso a la tecnología como en las habilidades digitales necesarias para usarla. En todas las regiones del mundo, excepto en América, internet es más utilizado por los hombres que por las mujeres. Según la GSMA, en los países de ingresos bajos y medianos, las mujeres tienen un 7 % menos de probabilidades que los hombres de tener un teléfono móvil y un 15 % menos de probabilidades de utilizar internet móvil. Asimismo, en muchos países, la brecha digital de género es evidente, y se visibiliza en tareas más sencillas como el uso de aplicaciones en un dispositivo móvil o en habilidades digitales avanzadas como la codificación.

Además, este cambio hacia el aprendizaje en línea ha suscitado preocupaciones sobre la seguridad de las niñas en internet. Según la World Wide Web Foundation, el 52 % de las adolescentes y niñas de todo el mundo declara haber experimentado abusos en línea, incluidos mensajes amenazantes, acoso sexual e intercambio de imágenes privadas sin su consentimiento. Como consecuencia, muchos padres y personas responsables de su cuidado han decidido limitar el tiempo que las niñas pasan en línea.

Este cambio radical —es decir, pasar del aprendizaje presencial a la enseñanza en línea—, ha supuesto una desventaja para las niñas en muchos contextos, debido a las disparidades tanto en su acceso a la tecnología como en las habilidades digitales necesarias para usarla.

Es probable que estas desigualdades y riesgos para la educación de las niñas se vean agravados por la reducción de los presupuestos financieros nacionales e internacionales a raíz del desastre económico causado por la pandemia. La UNESCO y el Banco Mundial estiman que la ayuda exterior para educación podría reducirse en 2 mil millones de dólares con respecto al año 2020.

Por todo ello, tras la celebración de la Cumbre Building the Bandwidth convocada por la Fundación Varkey, la UNESCO y la Fundación Cultural CJ, nos comprometemos a promover y ampliar el acceso de las niñas al aprendizaje en línea y a las habilidades digitales, y, por ende, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe, con el fin de:

1) Proteger y priorizar el financiamiento nacional e internacional para la educación de las niñas en tiempos pos-COVID-19 y salvaguardar de este modo el progreso educativo, particularmente en los países más empobrecidos;

2) Garantizar que las niñas tengan el mismo acceso a la tecnología y a los recursos necesarios para aprender de manera eficaz, asegurando espacios protegidos y fortalecedores para el aprendizaje, incluso en la educación en línea;

3) Desarrollar habilidades digitales a través de planes de estudio sin sesgos de género y con la capacidad de los equipos docentes para involucrar a todo el alumnado por igual, abordando los sesgos inconscientes en las prácticas educativas;

4) Desarrollar e implementar planes de acción que apoyen los intereses de las niñas en las carreras y asignaturas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM); y

5) Favorecer la cooperación entre gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, los socios y agentes de desarrollo, la academia, las familias y las niñas con el propósito de cerrar la brecha digital de género.

Firmas 

  • Márcia Balisciano MBE, Head of Corporate Responsibility, RELX Group
  • Irina Bokova, Global Ambassador, Education Cannot Wait & Director-General, UNESCO (2009-2017)
  • Kemly Camacho, President & General Coordinator, Sulá Batsú
  • Ranjitsinh Disale, Global Teacher Prize Winner 2020
  • Rubens Ferronato, Top 50 Finalist, Global Teacher Prize 2018
  • Tom Fletcher CMG, Principal, Hertford College, University of Oxford
  • Henrietta H Fore, Executive Director, UNICEF
  • Monika Froehler, CEO, Ban Ki-moon Centre for Global Citizens
  • Jamie Frost, Top 10 Finalist, Global Teacher Prize 2020
  • Stefania Giannini, Assistant Director-General for Education, UNESCO
  • Krishnan Gopi, Chief Disruption Officer, GEMS Education
  • Samuel Isaiah, Top 10 Finalist, Global Teacher Prize 2020
  • Lindiwe Matlali, Founder & CEO, Africa Teen Geeks
  • Carlo Mazzone, Top 10 Finalist, Global Teacher Prize 2020
  • Heekyung Jo Min, Executive Vice President, CJ CheilJedand
  • Dipu Moni, Minister of Education, Bangladesh
  • Yasmine Sherif, Director, Education Cannot Wait
  • Peter Tabichi, Global Teacher Prize Winner 2019
  • Nguyen Thi Phuong Thao, President, Sovico Group
  • Sunny Varkey, Founder, Varkey Foundation
FOTOGRAFÍA: UNESCO